Panorama de la prevención de caídas en edad geriátrica

Por Ana Karen Montero Ferrer

 La OMS define a las caídas como acontecimientos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga. Las lesiones relacionadas con las caídas pueden ser mortales, aunque la mayoría de ellas no lo son (OMS 2016). 

Cada año se producen 424 000 caídas mortales, lo que las convierten en la segunda causa mundial de muerte por lesiones no intencionales, por detrás de los traumatismos causados por el tránsito. 

Más del 80% de las muertes relacionadas con caídas se registran en países de bajos y medianos ingresos, como es el caso de México. Las mayores tasas de mortalidad por esta causa corresponden en todas las regiones del mundo a los mayores de 60 años (OMS 2016) 

Las caídas son la fuente más importante de mortalidad para los adultos mayores, convirtiéndose en un grave riesgo, por las lesiones que producen, en la mayoría de los casos responden a una inadaptación entre la persona y su entorno de origen multifactorial. La prevalencia de caídas en el adulto mayor varía del 30 al 50% con una incidencia anual de 25 a 35% (Hyver, C. d. 2014)

Según la OMS (C2016) las estrategias de prevención de las caídas deben ser integrales, dando prioridad a la investigación para explorar los factores de riesgo, apoyar políticas que creen entornos más seguros y reduzcan los factores de riesgo, impulsar la formación de los profesionales de la salud en materia de estrategias preventivas.

Los programas para prevenir las caídas tienen como objetivo reducir la incidencia de caídas, para ello se deben tomar en cuenta puntos como:

∙ Examinar el entorno donde vive la persona para detectar riesgos. 

∙ Intervenciones clínicas para identificar factores de riesgo, tales como el examen y modificación de la medicación, la administración de suplementos alimenticios de calcio y vitamina D o el tratamiento de los trastornos visuales corregibles.

∙ Prescripción de dispositivos para paliar los problemas físicos y sensoriales. 

∙ Fortalecimiento muscular y ejercicios de equilibrio con el apoyo de profesionales de la fisioterapia.

Como fisioterapeutas tenemos un gran reto en la sociedad, pues debemos continuar ganando terreno en todos los ángulos en lo que a salud se refiere en cada uno de los niveles de atención, pues podemos colaborar con la elaboración de programas de prevención de caídas en la edad geriátrica. La Universidad de Oriente está comprometida con la formación de profesionales de la salud que comprendan la magnitud de su tarea al aportar a la solución de problemáticas que afectan la calidad de vida de personas de todas las edades. 

Con esto, esperamos que despierte su interés por la investigación para poner manos a la obra, y así, abarcar y ampliar el dominio de la fisioterapia en el primer nivel de atención para la salud apoyando a una población vulnerable pero muy querida: los adultos mayores. 

 

Referencias:

Hyver, C. d. (2014). Proceso de envejecimiento. México: manual moderno. 

OMS 2016 

Chicharro, J. L. (2006). Fisiología del ejercicio. México: Panamericana. 

Tresguerres, J. A. (2010). Anatomía y fisiología del cuerpo humano. Mc Graw Hill. 

Calenti, M. (2011). Gerontología y Geriatría. México: Panamericana.

 Kisner, C. (2010). Ejercicio Terapéutico. México: Panamericana.

 

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