EL AGRIDULCE ENCANTO DE LAS CLASES EN LÍNEA: ¿Cómo lidiar con el síndrome burnout en los colegios?

Mayo del 2021

Por Aldo Mendoza Parra

 

El principio

 

Mucha polémica al momento de conocer en marzo la noticia por parte del entonces Secretario de Educación con respecto al futuro de las clases durante los años 2020 y 2021. Para unos fue inmediata la adaptación debido a que ya contaban con las herramientas suficientes para realizar las clases en línea; pero para otros, el cambio fue un declive en su labor y vocación periódica tanto en personal de la educación, así como en los estudiantes y familiares.

 

Burnout en las escuelas

 

Ser docente durante una pandemia, con las escuelas cerradas indefinidamente, no es tarea sencilla. No solamente tuvieron que adaptarse al aprendizaje remoto de emergencia al inicio de la pandemia, sino que con el alargamiento de la cuarentena ahora deben ser flexibles y estar disponibles en línea siempre.

Lo que sucede es que, al estar en sus casas todo el día por la cuarentena, muchos padres o administrativos han tenido la expectativa de que, al estar en casa, los docentes no tienen razón para no estar disponibles para ayudar a sus alumnos, madres o directivos. Otro punto importante es que se espera que los docentes se transformen en expertos en educación a distancia de la noche a la mañana debido a la cuarentena. Esta presión también afecta su salud mental. Además, a diferencia de otras profesiones, los docentes muchas veces también actúan como cuidadores, especialmente aquellos que trabajan en niveles preescolar, primaria y secundaria, lo que resulta en agotamiento físico, mental y emocional ya que puede haber alumnos que los preocupen por su situación socioeconómica o familiar y los quieran cuidar. 

Debido a la pandemia, ahora los docentes están lejos de sus estudiantes, lo que puede desatar ansiedad al no saber cómo están e impotencia al no poder ayudarlos. Provocando que los docentes busquen estar siempre disponibles para sus alumnos, contestando correos o llamadas hasta altas horas de la noche.

 

Aunque esa cercanía y esas emociones son importantes para el desempeño académico, estas actitudes, sentimientos y actividades, provocan burnout o estrés crónico, resultando en docentes menos motivados, menos comprometidos y, en el peor de los casos, los puede llevar a abandonar la profesión.

Instrumentos para su evaluación

 

Para fortuna, existen en la literatura diversos instrumentos que evalúan la presencia del síndrome de burnout tanto en los docentes como para los profesionales de la salud. A continuación, se enlistan algunos instrumentos que ayudan en la evaluación del síndrome:

Los Instrumentos empleados para evaluar el síndrome en profesionales de la salud:

 

1. La escala “Staff Burnout Scale for Health Professionals” (SBS-HP) realizado por Jones en 1980.

2. El “Maslach Burnout Inventory” (MBI) creado por Maslach y Jackson, 1981/1986.

3. El “SBS-HP” de Jones, elaborado en 1982.

4. EL “BM” creado por Pines y Aronson en 1988.

5. La escala “Efectos Psíquicos del Burnout” (EPB) creado por García y Velandrino, en 1992.

 

De otro lado, los Instrumentos empleados para evaluar el síndrome en profesionales de servicio de ayuda:

1. El “Burnout o Measure” (BM) de Pines y Aronson, 1988.

2. El “Maslach Burnout Inventory” (MBI) de Maslach y Jackson 1981/1986.

3. El “Cuestionario Breve de Burnout” (CBB) por Moreno y Oliver en 1992.

4. El “Maslach Burnout Inventory” (MBI) por Maslach y Jackons en 1981/1986.

 

Los Instrumentos empleados para evaluar el síndrome en maestros y profesores:

1. El “Educators Survery” (ES) o “MBI forma Ed”, adaptación del MBI por Schwab en 1986.

2. EL “Maslach Burnout Inventory” (MBI) creado por Maslach y Jackson en 1981/1986.

3. El “Cuestionario de Burnout del Profesorado” (CBP) creada por Moreno y Oliver en 1992.

4. El modelo de ecuaciones estructurales: el Structural Equation Modelling (SEM) por Llorens (2005).

5. El “Cuestionario de Burnout del Profesorado Revisado” (CBPR) por Moreno, Garrosa y González en el 2000.

6. El “Cuestionario Breve de Burnout” (CBB) adaptado para profesores por Moreno (1997).

 

 

Dos soluciones al burnout del colegio

El Yale Center for Emotional Intelligence junto con sus colegas del Collaborative for Social Emotional and Academic Learning, conocido como CASEL, detectaron dos posibles factores que ayudan a proteger el bienestar emocional del maestro y evitar que sufran de burnout o ansiedad.

Para empezar, los docentes deben ser más abiertos con sus emociones. Muchas veces reportan mayor satisfacción laboral y menor ansiedad o agotamiento del que realmente tienen, por lo que sus líderes no detectan algún problema ni les brindan el apoyo que necesitan. Aprender a nombrar y expresar sus emociones con precisión, según CASEL, ayuda a comprender sus causas y consecuencias, lo que ayuda a regularlas de manera efectiva. 

 

En segundo lugar, contar con un líder o administrador con habilidades emocionales desarrolladas ayuda a mejorar la relación docente-alumno, facilitando un mayor compromiso con el aprendizaje. Por eso es importante tener un enfoque en la salud mental de los educadores y sus administradores para que estén preparados psicológicamente para el regreso a clases.

Burnout en la vida universitaria

 

La academia y la educación superior son extremadamente propensas a detonar el burnout ya que es una cultura donde se trata la enseñanza e investigación como pasiones que se deben de seguir a cualquier costo.

 

Debido a la pandemia, profesoras y profesores perdieron su estructura y tuvieron que adaptarse a las clases en línea, incluso muchos profesores que no habían tenido la experiencia de dar una clase en línea se vieron frustrados y agotados a la hora de adaptarse a las plataformas online, lo que puede hacerlos más propensos al burnout. Incluso el verano, una época donde los docentes y administrativos aprovechan para desconectarse y descansar, ha sido muy diferente debido a la pandemia. Muchos docentes y administrativos han interrumpido sus vacaciones para atender juntas y comités para hablar del panorama del siguiente curso escolar, ¿será presencial, híbrido o en línea?, y qué conlleva cada uno de estos panoramas. 

Tal fue el caso de una administradora que no quiso compartir su nombre al ser entrevistada en EdSurge, por temor a perjudicar su institución, quien confesó lo agotadora que ha sido esta experiencia. “La parte más agotadora del trabajo es que siento que estoy poniendo todo este esfuerzo sin saber realmente si vale la pena". Ella también mencionó que es importante tomar en cuenta el burnout a la hora de planear el siguiente ciclo escolar ya que esto podría perjudicar a los docentes física y emocionalmente. Además, no abordar el tema puede producir una alta rotación de personal que abandonen la institución por otra que se preocupe más por la salud mental de sus empleados.  

 

¿Qué sigue?

 

Aunque todavía hay mucho trabajo por hacer en este tema. Ya se está empezando a reconocer la importancia de la salud mental en las instituciones educativas. Según una encuesta del Consejo Americano de Educación, los líderes de las universidades que entrevistaron ponen la salud mental, tanto del personal como los alumnos, como una de las cinco preocupaciones más urgentes durante la pandemia, sólo falta traducirlas a acciones.

 

“La humanidad necesita de un 

nuevo renacimiento en este siglo”

Aldo Mendoza Parra, 2021. 

Fuentes de consulta:

https://www.clarin.com/entremujeres/hogar-y-familia/estres-coronavirus-cuarentena-crianza-educacion_0_5FIbymIL8.html

http://pepsic.bvsalud.org/pdf/ripsi/v14n2/a04.pdf

https://revistaconsultoria.com.mx/que-es-el-sindrome-de-burnout/

 

 

 

 

 

Calidad UO

Contactanos

Dirección: Carretera - Veracruz-Medellín Km. 1.5 Col- El Jobo a 500 mts. de Inf. las Vegas C.P. 91967