ACCESIBILIDAD A LOS SERVICIOS DE SALUD EN MÉXICO

 

La salud se define según la OMS como “El completo estado de bienestar físico, social y mental, no solo la ausencia de afecciones o enfermedades”, y es proclamado como un derecho humano reconocido de forma universal en 1966 y puesto en vigor en 1976 por la Asamblea General de las Naciones Unidas; en ese sentido el papel de la salud pública se considera crucial, pues como lo indica Frenk (1985) “La salud es más que noción médica, es un concepto predominantemente social, porque se vincula con las costumbres, tradiciones, actitudes y juicios de valor de los diversos grupos de una sociedad, porque involucras a todos los agentes de la comunidad”. Por lo que las naciones se ven obligadas a contestar o solucionar las demandas sanitarias contando con infraestructura, material y personal que brinde la atención necesaria para asegurar el cumplimiento de promoción de salud, prevención de enfermedades y atención sanitaria.

Fajardo et al. (2015) indican que el acceso al servicio de salud es la acción individual de acercarse a un servicio de salud sin que implique tener un resultado o respuesta esperada de los prestadores de servicios, es decir, sin considerar al recurso humano, únicamente si los servicios están disponibles o si hay algún impedimento para prestarlos, si son oportunos al tiempo y espacio o si son de calidad.

Andersen, dentro de su modelo clásico referente a la utilización de servicios de salud, propone variables o factores como la predisposición (edad, género, estructura familiar, raza, clase social, nivel de estudios, trabajo, creencias y valores socioculturales referentes a la enfermedad) y necesidad de usar los servicios y las condiciones que facilitan su uso. Molina et al. (2006) realiza el análisis sobre la discusión entre países y especialmente en México la utilización de servicios de salud, demuestra que dentro del país existen desigualdades sociales en el sistema de salud. 

La importancia que tiene la salud en las personas y en su estado de bienestar no puede ser cuestionable, pues dentro del país, se ha trabajado por colocar al sistema de salud en un status de universalidad, desde el modelo de atención hasta las condiciones para otorgar los servicios de salud a la población general dejando de lado la exclusión y/o inequidad, en ese sentido, se habla de que exista la condición para que las personas, sin distinción, puedan satisfacer su necesidad de atención médica, lo que hace pensar en que la preocupación por sí misma, es cumplir con la disponibilidad, es decir, contar con centros de atención médica, servicios de salud y personal que atienda las necesidades de cada localidad/región en México. (Sánchez, 2017). 

Cabe recalcar que, si bien es cierto que la disponibilidad es importante, hay otros elementos que se deben contemplar y que si bien es cierto que ofrecer un servicio no significa que toda la población pueda hacer uso del mismo.

Molina (2006) realizó un estudio utilizando los datos obtenidos de Encuestas Nacionales de Evaluación del Desempeño por la OMS y por el Instituto Nacional de Salud Pública en México en el 2002 para determinar que los grupos sociales de bajo nivel socioeconómico y sociocultural son las personas que menos consultan, pues tienen menor acceso a los servicios sanitarios, pues quienes requieren atención de ese grupo social, recurren a la medicina tradicional, terapias alternativas y automedicación por experiencias familiares o conocidas. Por otro lado se encuentran otros factores por los cuales las personas de este nivel no consultan la atención médica, como lo es el factor económico, cultural o geográfico, así mismo se encuentra el costo del honorario médico, fármacos y estudios de gabinete.

Desde el punto de vista de Fajardo et al. (2015) uno de los aspectos que afectan en mayor medida al acceso de los servicios de salud es la falta de equidad por cuestiones económicas; de aquí surge el reto para México al tratar de revertir esta desigualdad, pues los servicios disponibles deben ser pertinentes y efectivos para que la población logre obtener resultados satisfactorios y en cuanto al concepto de accesibilidad, toman como referencia a la Real Sociedad de Medicina y a sus 4 dimensiones, las cuales son: Disponibilidad de los servicios incluyendo médicos

  • Camas de hospital y equipamiento

  • Capacidad de servicios

  • La existencia de barreras (barreras personales, barreras económicas, barreras organizacionales y barreras sociales y culturales) 

  • Resultados en materia de salud

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud en el 2000 el 57.5% de la población no contaba con esquema de protección financiera en salud, el porcentaje restante se encontraba con IMSS, ISSSTE, seguros privados y otros seguros públicos. 

Para el 2012 se disminuyó al 25% pues se creó el Sistema de Protección Social de Salud a través de la reforma de la Ley Federal de salud, así mismo se reportó que la mayor utilización del servicio de salud hospitalario se da en personas mayores de 55 años y más, y los servicios de salud ambulatorios por parte del grupo de los 18 a 44 años relacionado a los eventos reproductivos.

Considero que el concepto del acceso puede mirarse desde el punto de vista de la política de salud pública hacia las características del sistema de atención, riesgo de población y la satisfacción del servicio de calidad además de las barreras físicas, culturales y económicas de la población para poder acceder al servicio de salud nacional.

En cambio  Moseley (1979) lo relaciona como un atributo del destino directo con la población, pues una clínica puede ser accesible a un individuo, pero inaccesible para otro; Ambos pueden vivir a la misma distancia del servicio, pero sus atributos y condiciones personales marcan la diferencia en sus oportunidades de acceso, es decir, se relaciona con la distancia geográfica y el social se refiere a la distancia social existente entre el usuario potencial y el servicio en donde se incluye la clase social, la educación, valores culturales, percepciones y creencias. 

Por otra parte, se encuentran como bien se menciona anteriormente la barrera económica, que impide la accesibilidad, desde el costeo de un transporte para llegar a la clínica, hasta el costo del tratamiento farmacológico. Así mismo existen barreras administrativas, que se expresan en la dificultad de la organización de los servicios de salud, como el horario de atención o turnos y finalmente la última barrera es la cultural entre el personal de servicios y la población en general.

Sánchez (2017) ofrece su opinión, aclarando que la accesibilidad como la adherencia son conceptos provenientes del campo de la biomedicina y generalmente están articulados en la promoción de estrategias políticas sobre servicios de salud para una atención sustentada en la atención primaria de la salud con el propósito de cubrir las necesidades de la población por las distintas barreras que impiden la accesibilidad al servicio de salud en México. A su vez, lo que sobresale de la política pública de salud es su generalización, es decir se marca una línea donde se trabaja para el cumplimiento de los objetivos planteados en un plan nacional de desarrollo. El detalle resulta de la aplicación de dicha política y su adecuación a las diferentes necesidades de la población, pues dentro del país, el mecanismo de trabajo de la política pública se basa prácticamente en la oferta y demanda de los servicios de la salud.

En cambio, Fajardo et al. Comenta una situación que a mi consideración es completamente verdadera, pues el hecho de que un paciente cuente con una cobertura pública y consulte un servicio de salud privado, apunta hacia la presencia de las mismas barreras que diferentes autores reportaron a través de la literatura y que se tomaron en cuenta para la realización de este ensayo, mismas que pueden variar desde una índole personal, económicas, organizacionales, sociales y culturales. En ese sentido, resulta complicado tener de manera objetiva la medición del acceso efectivo a un servicio de salud público (2015).

En los últimos años, México poco a poco y en medida de sus posibilidades ha mejorado su planeación y sus estrategias para aportar a una mejor utilización y accesibilidad de los servicios de salud públicos, organizando programas que impacten a la mayoría de la población, así mismo la protección financiera ha incrementado por sus distintos sistemas de cobertura, sin embargo, el recurso federal destinado al sector salud muchas veces es insuficiente o es mal repartido a los institutos de destino, o incluso dentro de las mismos establecimientos las prioridades muchas veces no están bien planificadas provocando desorganización y afectando directamente al servicio de salud.

Por ello se piensa que fundamental la elaboración de un excelente Plan de Desarrollo Nacional que establezca las estrategias que homologuen la calidad de los servicios de salud, y así lograr disminuir las diferencias poblacionales en México, acercando la atención sanitaria a cada persona que habite el territorio y que cumpla con las expectativas del usuario recibiendo un servicio de calidad en todas sus dimensiones.

Considero que es muy importante tomar en cuenta los niveles socioculturales y socioeconómicos de la población por regiones; pues en ello se basa la demanda de servicios de salud  requerida y a su vez, se pueden identificar las mismas barreras geográficas, físicas, económicas y culturales por las cuales se tiene el acceso al servicio sanitario, incluso en la cuestión de utilización del servicio de salud existe esta situación con la cultura del mexicano, pues muchas veces las personas buscan obtener el servicio cuando ya se presenta una enfermedad; en estos casos no siempre resulta exitosa la búsqueda de atención médica, pues la enfermedad ya se encuentra avanzada, complicada o combinada con algún otro padecimiento, además de múltiples factores que repercuten en el incumplimiento del tratamiento.

Siempre será de interés, recordar que el ser humano se encuentra en un ciclo evolutivo constante, es decir, las necesidades y demandas de la población cambian con el tiempo, por ello es importante valorar la calidad del servicio, pues con la valoración, se pueden determinar las áreas de oportunidad y crecimiento para mejorar o subsanar y así ofrecerle al país nuevas estrategias o modificaciones en materia de salud pública.

Actualmente nos encontramos en una situación sanitaria complicada, pues atravesamos una pandemia por la enfermedad COVID-19, cuestión que hace reflexionar la población sobre la utilización y accesibilidad al servicio de salud, pues si bien como es de conocimiento federal, la epidemiología nacional muestra datos de número de infectados y personas con necesidad de ser hospitalizada, esto orilla al servicio de salud a sobrepasar la capacidad dentro de establecimientos hospitalarios, recurso humano, tratamientos y material de trabajo, así mismo se vuelve restringido el acceso a algunas especialidades o consultas que no son de primordial necesidad, o incluso se controla el número de pacientes atendidos consulta externa, todo ello con el objetivo de prevenir el contagio, y así controlar la curva de infectados por el virus SARS-CoV-2. 

Como personal de salud pienso que es de suma importancia, educar a la población en materia de prevención, es sustancial poner ejemplo en la sociedad, tomando las medidas precautorias correspondientes y así hacer el pequeño cambio que se transmita para bien, logrando el control de enfermedades. 

De esta manera, el regreso a la nueva normalidad nos permitirá elaborar nuevas estrategias que mejoren la accesibilidad y utilización del servicio de salud en México.

Referencias

Fajardo, G., Gutiérrez, J. y García, S. (2015). Acceso efectivo a los servicios de salud: Operacionalizando la cobertura universal de salud. Salud Pública de México, 180-186.

Figueroa, D. y Cavalcanti, G. (2014). Accesibilidad a los servicios públicos de salud: La visión de los usuarios de la Estrategia de Salud de la Familia. Revista electrónica trimestral de Enfermería, 1-12.

Frenk, J. (1985). El concepto y la medición de la accesibilidad. Salud Pública. México, 27 (5), 127-148.

Molina. J., Poblano, O., Carrillo, C. y Sauceda, A. (2006). Utilización de servicios de salud en México. Salud en Tabasco, 427-432.

Moseley, M. (1979). Accessibility. Londres: Methuen & Co. Ltd.

Organización Mundial de la Salud. (1948). Preámbulo de la constitución. Ginebra: OMS.

Sánchez, A. (2017). Accesibilidad a los servicios de salud: Debate teórico sobre determinantes e implicaciones en la política pública de salud. Rev. Med. Inst. Mex. Seguro Soc., 82-89.

 

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